Eva Gamallo entrevista Revista Divoe

Compartir:

«Si cada persona usa su pequeño altavoz, la sociedad mejoraría»

Eva Gamallo, actriz y actualmente directora, viajó hace unos años a Gambia para ayudar a la población del país. Sin embargo, no fue hasta su vuelta a España cuando descubrió que había caído en el síndrome del salvador blanco y en lo mal que estaba eso. Para evitarlo, ha escrito (y dirigirá) ÁFRICA S.A., corto en el que habla de este complejo y cómo podríamos cambiarlo. Con motivo de este proyecto, hemos hablado con ella.

P: Has dicho que trabajaste como profesora cuando estuviste en Gambia, dando incluso asignaturas que no conocías tanto, ¿no te llamó la atención eso?

R: No porque cuando llegué allí, me hicieron un tour por el colegio y veía a los niños prácticamente todos dormidos encima del pupitre y estaban aburridísimos. Entonces, yo quería, de alguna manera, darles energía, usar la parte creativa que sí controlo. Pero yo realmente no pensé en las necesidades que tenían, mi pensamiento como española era bastante diferente a la realidad porque yo veía la situación desde mi privilegio.

P: ¿Crees que si hubieses ayudado de otra forma, no habrías caído en este complejo?

R: Sin duda, si me hubiera centrado a lo mejor en el arte y en el teatro, que lo controlo mucho. A pesar de esto, yo les veía animados, pero es cierto que esa tarea no era la que me pertenecía. La cosa podría haber cambiado si todo hubiese sido más natural y no me hubiese dedicado a tareas que no me corresponden.

P: También has comentado en el vídeo de presentación del cortometraje que la idea de visitar algún país africano para ofrecerles tu ayuda surgió al ver de pequeña una serie llamada Raíces, ¿te imaginabas, en ese entonces, ir en condición de profesora?

R: No, mi idea era la de soy blanca y vengo a ayudaros porque soy superior. No me importaba trabajar en la agricultura o en cualquier otro ámbito, incluso me llegué a plantear ir como misionera hasta que entendí que significaba serlo y lo que estas personas hacían en estos países. Pensaba en ir a ayudar con lo que hiciera falta, si era necesario plantar tomates, lo haría aunque no tuviese ni idea y los ciudadanos nativos lo supiesen hacer mejor que yo.

P: Es cierto que la sociedad ha cambiado, pero ¿piensas que si la educación hubiese sido diferente y los valores hubiesen sido otros, tu visión sobre la situación de los países africanos habría sido diferente antes de viajar a Gambia?

R: Totalmente porque la educación también pasa por la información. Nosotros no solo nos educamos por nuestros padres, también influye la sociedad o lo que ves en la televisión o las plataformas. Por eso, pienso que si la información no nos vendiese ese estereotipo de la persona negra como víctima y el salvador blanco, ellos no se sentirían inferiores y nosotros no tendríamos esta necesidad. Si nos dan otro mensaje diferente a este desde todos los elementos que influyen en nuestra educación, nosotros nos vamos construyendo a favor de ese mensaje.

P: Hace un año tuve la oportunidad de hablar con Bachir Samb, actor y activista africano, y me comentaba que las personas negras están encasilladas en los personajes de migrante indocumentado en la industria cinematográfica. De hecho, él opinaba que el colectivo de actores racializados dejasen de interpretar los mismos papeles, la cosa cambiaría. ¿Qué piensas sobre esto?

R: Pues mira, en mi círculo es raro que haya españoles, está lleno de extranjeros y ninguno cumple ese estereotipo de persona indocumentada. De hecho, la gran mayoría pertenece a la industria cinematográfica. Obviamente habrá personas que vivan en la calle al igual que habrá gente que trabaje en la banca, así que creo que la realidad audiovisual no está mostrando lo que socialmente estamos viviendo y esto sigue marcando el estereotipo del migrante que necesita ayuda. Personalmente, me parece algo muy cruel para las personas extranjeras y para nosotros mismos, que emocionalmente no crecemos.

P: Mucha gente no es consciente de la necesidad de cambiar la situación, ¿piensas que es por falta de recursos?

R: Sí hay recursos, pero si no quieres cambiar la mente pues no haces nada. También es cierto que nosotros hemos contribuido en esto y hay que seguir avanzando, aunque sea poco a poco. Lo bueno es que se va viendo una intención de cambio y eso puede agilizar un poco el proceso porque es el momento adecuado. Además, la cosa podría cambiar si cada uno pone un granito de arena.

P: Viendo la denuncia de España como país racista que ha hecho en varias ocasiones el jugador Vinicius Junior, ¿crees que parte del problema es la negación de los hechos?

R: En mi opinión, no es tan fácil admitir que eres racista, de hecho, yo me creía la mejor persona del mundo por haber viajado a Gambia para ayudar y resulta que soy racista al haber caído en ese estereotipo de «salvadora blanca». Hay otros componentes que son tan pequeños que no nos damos cuenta de que son actitudes o gestos racistas. Entonces, duele admitir que eres parte del problema y por eso, es más fácil echarle las culpas a otro.

P: Volviendo al corto, vais a realizarlo en claves de humor. ¿Cómo decidís grabarlo así y por qué no usar otro enfoque?

R: La decisión fue mía y elegí ese enfoque porque es más fácil de tratar y está más libre de prejuicios. No me planteé enfocarlo como un drama, ya que estamos hartos de eso, siempre quieren atacarnos desde la pena y me parece un error. En mi opinión, a través de la risa es algo que no te esperas por dónde va a ir y eso hace que cale más el mensaje. Sin embargo, también tiene su punto de complicación, es más difícil hacer humor con ciertas cosas.

P: En relación a lo que has comentado sobre el drama, ¿crees que los diferentes contenidos visuales de las ONGs victimizan aún más a los ciudadanos africanos?

R: Totalmente, es una comercialización de la pobreza. De hecho, hay un término para este concepto, la «pornografía de la pobreza». Lo primero es tener en cuenta que estamos tratando a un ser humano y, como tal, esa persona tiene unos derechos que se incumplen con la publicación de ciertas imágenes o vídeos. Creo que no se respeta como se debe a esta parte de la población y por eso, entiendo que haya ciertas ONG africanas que decidan no aceptar a miembros de otra etnia porque es algo que les pertenece a ellos.

P: ¿Piensas que al publicar esas imágenes y están empezando a producir rechazo en la población de esos países y por ello no quieren que vayan personas blancas allí?

R: Se debería acabar con la colonización ya, les imponemos la educación, la religión, el idioma e incluso la manera de pensar. Pero esto de ayudar también es otro tipo, se trata de la colonización emocional. Por eso entiendo que estén hartos porque, al fin y al cabo, los que conocen la realidad de primera mano son ellos.

P: Entre los objetivos del corto, se encuentra el plasmar la manera en la que miramos a las personas negras y cómo es nuestra relación con ellas, ¿cómo crees que va a impactar entre los espectadores?

R: Imagino que a cada persona le impactará de manera diferente, habrá gente que se sienta identificada, otra que se ría y habrá personas a las que les sea indiferente el corto. A pesar de esto último, yo ya he dejado mi mensaje en el guion y no puedo controlar el impacto que va a tener en cada uno de los espectadores. Por otra parte, también creo que va a hacer reflexionar a algunas personas y espero que moleste a otras, porque es la manera de empezar a modificar las cosas.

P: Hablando de las acciones que pueden realizar los ciudadanos, ¿hay algo más que podamos hacer además de visualizar el cortometraje?

R: Pues podríamos empezar a tratar al extranjero como si fuese uno más, hacerles sentir incluidos, para que no sigan sintiendo que no deberían estar aquí porque no les pertenece.

P: Para finalizar, si tuvieses que definir el proyecto en una frase para que llegue a más gente, ¿cuál sería?

R: Pues la frase sería, ¿harías el viaje si no pudieses llevar cámaras de fotos?

Compartir: